Nota: 7/10
Título original: The Water Diviner | Año: 2015
Director: Russell
Crowe | País: Australia
Guión: Andrew Anastasios, Andrew Knight
Música: David Hirschfelder | Fotografía:
Andrew Lesnie
Reparto: Russell Crowe, Olga Kurylenko, Jai Courtney,
Isabel Lucas, Damon Herriman, Jacqueline McKenzie, Cem Yilmaz, Ryan Corr, Dan
Wyllie, Deniz Akdeniz
Productora: Coproducción Australia-USA-Turquía; Universal
Pictures / Fear of God Films / Hopscotch Features
Para más información: PULSE AQUÍ
Trailer: PULSE AQUÍ
Buenas tardes, y bienvenidos a Cine y Arquitectura. Ayer
tocó aprovechar la fiesta del cine para ir a ver por 2.90€ esta película. Muy
aconsejable beneficiarse de estos días, siempre que haya películas decentes.
La verdad que a nosotros nos daba un poco de miedo ir a
verla, porque las críticas hacia esta película son muy dispares. Por un lado
existen los que la critican positivamente, y por otro los que la desmiembran
metiéndose con la egolatría de Crowe.
La verdad que no tenemos el placer de conocer a Crowe en
persona como para opinar si es realmente como dicen que es, o si en el fondo es
una bellísima persona, nosotros hablaremos de lo que hemos visto en la sala de
butacas, ni más ni menos.
DESTACABLES EL GUION, DIRECCIÓN Y FOTOGRAFÍA.
Antes de ver la película, la historia y el guión nos hacen
pensar que va a ser una película más, pastelosa, llena de tópicos y la
rememoración bélica en la lejanía con una historia de amor cogida con pinzas.
Pero la realidad que nos encontramos es bien distinta.
Lo primero decir que gracias a películas como esta, salimos
de los tópicos de las películas de la segunda guerra mundial. Contando una
historia que es una realidad olvidada: la primera guerra mundial y todo lo que
siguió a ella.
Nos muestra el mundo turco de la época, las historias y
vivencias de su gente, los intentos de dominación de otras naciones, etc.
El guión es muy completo y trabajado, no es uno más de
“vamos a imponer nuestra hegemonía”, deja ver el horror por ambos lados, y la
historia de amor queda de trasfondo, pues como en toda buena historia de amor
(de las de película de verdad), el caballero aparece cuando la dama más lo
necesita y le cambia la vida. Pero como digo, eso queda en un fondo como parte
de la moraleja.
En cuanto a la dirección de Russell Crowe, podréis leer
muchas cosas por ahí metiéndose con que haya querido ser protagonista, ególatra
o una muestra ostentosa de lo fantástico que se cree… la realidad es que Crowe,
se a aventurado en su debut como director con esta película, y lo ha hecho de
lujo.
En cuanto a escenografía, debemos llevarla de la mano con el
color, atmósfera y fotografía, pues todos estos conceptos estar muy bien
trabajados. Los coloristas de la imagen han logrado un acabado antiguo y
velado, que nos transporta a una Australia desértica y hostil, y a una Turkía
de tradiciones y honor desgastado. Los planos de cada toma, están perfectamente
estudiados e integrados, lo cual significa doble trabajo para Crowe, pues
mientras dirigía la película, debía meterse en el papel de protagonista, algo
que a mi parecer, no es fácil.
Debo decir, que aquellos que hayan tenido la suerte de
viajar a un país árabe, sobre todo a los que hayáis estado en Santa Sofía de
Constantinopla, se os pondrá el pelo de punta al ver ciertas escenas, que os
trasladarán a este bello país, en las que al amanecer llaman a orar en las mezquitas.
Es una de las cosas más impresionantes que se pueden ver en un país así, la
noche en silencio, mientras amanece, las voces claras desde las torres de las
mezquitas iluminadas que llaman a la oración, es algo sobrecogedor. Crowe
consigue plasmar esa atmósfera del momento, y nos deja sobrecogidos.
Así que no comparto todas esas críticas que he leído sobre
el director, considero que ha hecho un gran trabajo. Además, consigue que sea
una película muy entretenida, a pesar de no ser una historia que a priori nos
parezca que vaya a serlo.
En cuanto a las actuaciones, tenemos varias destacables,
pero será Russell, junto a Yilmaz Erdogan (el Mayor Hasan), muy destacables. Un
padre coraje que no se rinde, y un general que se compadece de él y lo ayudará
en su hazaña, en medio de un país que entre todos intentan desmembrar.
Y en la escena más dolorosa de la película, muy destacable y
mencionable el papel de Ryan Corr, como hijo de Crowe, en su papel de Arthur
Connor, momento muy emotivo y doloroso, que no desvelaré para los que no hayan
visto la película.
Un elenco de actores, en su mayoría poco conocidos, con
muchos extras igualmente mencionables, que están bien integrados en su papel.
Russell Crowe ha sabido rodearse de buenos intérpretes y se ha visto inmerso en
su dirección y dramatización, por gente que ha sabido dar la talla.
Una película espinosa para turcos, griegos, ingleses y australianos,
entretenida y dolorosa a veces, que nos entretendrá y nos dejará con un buen
gusto de boca.
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